Una intervención realizada con la colaboración del robot Da Vinci.
La mayoría de las operaciones estuvieron relacionadas con el tratamiento quirúrgico del cáncer de próstata
La unidad de Urología del Hospital Universitario Torrecárdenas ha realizado más de 100 procedimientos de cirugía oncológica pélvica por parte de los doctores Hortelano, Molina y Abad. La mayoría de ellos han sido para tratamiento quirúrgico del cáncer de próstata. Esta cirugía del cáncer de próstata, al ser extremadamente compleja, es la principal indicación de la cirugía robótica, porque la facilita y permite mejorar los resultados funcionales, favoreciendo una mejor y más rápida recuperación de los pacientes. También se están realizando procedimientos de cirugía robótica por los Servicios de Cirugía General y Ginecología del hospital referente de la provincia de Almería.
El director gerente del Hospital Universitario Torrecárdenas, Manuel Vida, ha destacado que “el desarrollo de esta innovación tecnológica nos ha hecho seguir creciendo y, sobre todo, continuar beneficiando a los pacientes de Almería”.
Por su parte, el responsable de la Urología del hospital almeriense, José Ignacio Abad, ha detallado que la laparoscopia asistida por robot Da Vinci “es uno de los grandes avances de la cirugía en general y de la Urología en particular, ya que es la especialidad donde está más extendida. La laparoscopia es una cirugía mínimamente invasiva al ser una técnica quirúrgica que los cirujanos realizan con incisiones mínimas”.
Es uno de los grandes avances de la cirugía en general y de la urología en particular, ya que es la especialidad donde está más extendida".
El sistema robótico Da Vinci, para asistir la laparoscopia, es el robot quirúrgico más extendido en el mundo, y el Hospital Universitario Torrecárdenas comenzó a usarlo en noviembre de 2019. La principal ventaja del robot consiste en que puede reducir la pérdida de sangre, tener menos complicaciones, menor dolor postoperatorio, menor estancia hospitalaria y tiempos de recuperación más cortos en comparación con técnicas tradicionales abiertas, logrando además, excelentes resultados funcionales.
El sistema Da Vinci se compone de tres partes: una consola desde la que el cirujano manipula a distancia el robot, comunicando mediante los mangos y pedales sus gestos al instrumental quirúrgico; un carro quirúrgico que se dispone a un lado del paciente; y una torre de visión necesaria para crear y procesar la imagen anatómica. De este modo, las maniobras de los manipuladores (controladores maestros) se transmiten fielmente a los cuatro brazos del carro del paciente, reduciendo el temblor fisiológico y minimizando los movimientos involuntarios del propio cirujano a la hora de la intervención.