Uno de los grandes momentos de la actuación de Tomatito en el Claustro de la Catedral de Almería.
El guitarrista almeriense puso fin a más de un mes de programación organizada por el Área de Cultura
Cuando se tiene a mano, con la cotidianidad que otorga la vecindad, la genialidad de un artista se corre el riesgo que, de alguna manera, la rutina haga que se pierda la plena consciencia de ello. Es fácil ver pasear a Tomatito por las calles de la ciudad y Almería también se ha acostumbrado a verle en escena pero, por suerte, jamás ha perdido la capacidad de sorpresa, de aplauso y de admiración por uno de sus vecinos más ilustres cuando se sube a un escenario, agota las entradas y provoca una catarsis de felicidad entre el público rendido a su inagotable talento con las seis cuerdas de su guitarra.
El 56º Festival de Flamenco y Danza de Almería cerró la noche del pasado sábado en el Claustro de la Catedral más de un mes de actividades con un nuevo recital de José Fernández Torres, Tomatito. Un Tomatito siempre tan parco y funcional en las palabras como libre, seguro y, precisamente, catedralicio a la hora de moverse por melodías, armonías, falsetas, compás, sutilezas y rasgados repletos de energía flamenca con la maestría de quien hace que el concienzudo trabajo parezca una improvisación innata.
Tomatito estuvo acompañado de su grupo de confianza, formado por su hijo y escudero José del Tomate en la segunda guitarra, Piraña en la percusión, Kiki Cortiñas y Morenito de la Línea al cante, y Pescaíto y Cris Santiago a las palmas y con ellos ofreció un repertorio alegre, sustentado en bulerías, tangos, rumbas, alegrías y dos regalos más líricos o introspectivos, como es la archiconocida balada de ‘Too Much’, que firmó en su día junto a Michel Camilo y un breve pasaje para el Concierto de Aranjuez de Manuel de Falla, que registró en disco hace cuatro años y que interpretó en el Auditorio Municipal Maestro Padilla acompañado por la Orquesta Ciudad de Almería en noviembre de 2020.
Tras una apertura en crescendo y finalizando en por fiestas y tras la mencionadas alegrías, que remató con un rugido repleto de color y fuerza, Tomatito agradeció al Ayuntamiento de Almería y al Área de Cultura, “por mantener este ciclo tantos años, porque el flamenco es la música que tenemos para exportar al mundo, es la que nos cogen todos los que vienen… Viva el flamenco y nosotros”, culminó entre una de tantas ovaciones que cosechó a lo largo de la velada.
Por mantener este ciclo tantos años, porque el flamenco es la música que tenemos para exportar al mundo, es la que nos cogen todos los que vienen....Viva el flamenco y nosotros".
Como hiciera Rancapino Chico, Sonia Miranda o Israel Fernández a lo largo del Festival, Tomatito también quiso dedicar una pieza a Pedro Segura, propietario de Taberna Sacromonte, estrechamente vinculada al flamenco en la ciudad. Fue la balada de “Too Much” en el que José del Tomate acompañó con la paleta de armónicos sutiles. El recital siguió por bulerías, jugando con los rasgueos apagados y con algún guiño a Paco de Lucía.
Como es habitual en los recitales que José del Tomate acompañe a su padre, tuvo su momento como solista para brindar homenaje a su tío El Niño Miguel, guitarrista que fue ensalzado en su día por el propio Paco de Lucía y de quien sublimó su zambra ‘Embrujo y Magia’, con esa lírica de clasicismo a lo Falla. Pieza de fuerza y técnica, el manejo de meñique con la última cuerda y de graves, en alternancia.
El grupo regresó al completo para reverenciar una versión especial de ‘La Leyenda del Tiempo’, donde se incluirían pasajes también de Camarón, como el estribillo de ‘Pistola y Cuchillo’ o ‘El Gurugú’. Una delicatessen que se ha quedado en el repertorio después de la gira en la que Tomatito revisaba el legado de Camarón junto a los cantaores Antonio Reyes, Duquende e Israel Fernández.
El concierto afrontaría el tramo final con una instrumental por rumbas, que tuvo recuerdo para ‘La Tarara’ y un buen momento de protagonismo para la percusión. El primero de los cierres llegaría con unos tangos con mucha jondura por parte de Kiki y Morenito, rematados a bulerías en su parte final. Todavía Tomatito regalaría un último bis por bulerías mientras que entre el público se escuchaba “¡tócate algo del disco nuevo!”, a lo que el guitarrista contestó entre risas “no, que me lo graban. Cuando salga, lo escuchas”. Buena nueva por tanto la que se viene a corto plazo con el maestro.
Cantaba Camarón de la Isla por tientos tangos, parafraseando a Antonio Machado, que “la virtud es la alegría que te alivia el corazón” y no hay duda de que con Tomatito y una guitarra las penas son siempre menos.
